Lo que ya no pueden hacer en el estadio, lo hicieron en la calle, a las faldas del hotel de concentración al sur de la Ciudad de México. La Rebel y aficionados auriazules de todas las partes de la capital y el Estado de México se dieron cita para alentar a sus jugadores antes del duelo más importante en los últimos años. 

La cita se dio a las 19:15 horas, pero la serenata empezó casi a la media. Iniciaron con cánticos para hacer el llamado a los futbolistas. Algunos ya estaban en el lobby sacando historias y fotos para sus redes sociales. En cuanto se montó el cerco de seguridad, tembló al sur de la ciudad. 

Salió el primer futbolista y los cánticos subieron de nivel. Aparecieron trapos de todos los bloques posibles, salieron bombas de humo, papeles y todo lo que la Liga MX ya le prohibió a las barras en los estadios por ser generadores de violencia. 

Lo disfrutaron como uno más

Jugadores como Nicolás Freire, Leonel López, Efraín Velarde y demás elementos son los que más gozaron la serenata. Brincaron, bailaron, azotaron los vidrios al ritmo de las porras y se contagiaron por la energía de sus aficionados. Andrés Lillini y todo su cuerpo técnico se divirtieron igual que sus pupilos. Ellos se sintieron como en casa gracias a que muchos de los cánticos provienen de Sudamérica, sus tierras. 

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