A pesar del reciente triunfo ante Puebla en casa, es una realidad que el Club Universidad Nacional atraviesa un momento crítico en lo futbolístico y en lo institucional. El primer equipo dirigido tácticamente por Andrés Lillini sigue sin convencer; mientras que el trabajo de la directiva mantiene disconforme a los fanáticos. Es por eso que, sin poder ingresar al Estadio Olímpico Universitario, la afición decidió realizar una protesta en las inmediaciones antes del duelo frente a La Franja.

Los seguidores del Auriazul se quejaron del presente del club de sus amores con cánticos claros y pancartas explícitas. Sus pedidos eran evidentes: una respuesta en el funcionamiento del equipo y la salida inmediata de Andrés Lillini, Jesús Ramírez y Leopoldo Silva, probablemente los responsables de este pésimo momento. Sin embargo, este reclamo que se extendió en las redes sociales parece no importarle a la cúpula directiva de Pumas UNAM...

El primer gesto que dio a entender esto se dio en medio de la protesta: el camión que trasladaba a toda la delegación hacia la entrada del Estadio decidió tomar otra ruta para evitar a los fanáticos. Esto pareció ser un acto para simplemente calmar las aguas, pero en realidad fue una manera de decir "no nos interesa" por parte de los mandamases de la institución. Y esto no fue lo único...

La afición hizo despertar al equipo, pero no a la directiva (Imago 7)

La afición hizo despertar al equipo, pero no a la directiva (Imago 7)

De acuerdo a El Francotirador de Récord, la directiva hizo "oídos sordos" a estas quejas de los aficionados por completo. "A la directiva de Pumas le entró por un lado y le salió por el otro: cuando vieron a sus aficionados con quejas a la llegada al Olímpico, prefirieron evitarlos e hicieron que el camión rodeara e ingresara por otra puerta, reflejo de lo que sucede en las oficinas: les vale un cacahuate", señaló en el inicio de su columna.

Más adelante detalló: "Polo Silva sigue como un capitán de adorno, no mete las manos; Chucho Ramírez le dedica más tiempo a su novia regia que al equipo; lo peor es que a la máxima cabeza tampoco le interesa: en Rectoría siguen diciendo que esto “es pasajero”. Y así, la directiva del Club Universidad es la única que cree que no se tiene que preocupar por el presente del equipo, porque el resto lo sabe". ¿No quieren tomar dimensión del problema?