Pese a que la urgencia fue por parte de los locales, los auriazules se mostraron agresivos desde los primeros embates.La banda de Diogo de Oliveira se convirtió en un dolor de cabeza para la zaga celeste y por ahí cargaron el juego para poder hacer daño en los minutos iniciales.
La primera clara del partido fue para los del Pedregal. Luego de un pase filtrado de Dinenno, Diogo se quedó solo frente a Jurado por el costado de la derecha, pero el guardameta azul resolvió de buena manera ante un tiro cruzado. A la jugada siguiente, Morales no aprovechó que agarraron a los auriazules más parados y su mano a mano frente a Talavera lo mandó por encima de la puerta.
La polémica llegó al recinto por dos jugadas consecutivas. Primero se reclamó una mano de Washington Corozo dentro del área felina y a la siguiente jugada el anularon un gol a Leonel López por estar fuera de juego. En este momento, la gente se quedó sin garganta por reclamar y por festejar, aunque ambos gritos fueron de gratis.
Ya en la parte complementaria, las emociones se fueron a tope, mucho más porque lograron ver que la anulación del gol fue equivocada. Juan Dinenno se llevó el cartón preventivo por protestar una falta sobre Washington Corozo y condicionó su estadía dentro del terreno de juego por una falta que ni se marcó.
A los auriazules se les vino la noche cuando les expulsaron a Arturo Ortiz luego de una hipotética falta sobre Diogo. Todo el eqipo se quedó reclamando el golpe en la cara, pero el “Palermo” bajó como último hombre a Giménez y se ganó la tarjeta roja.
Andrés Lillini optó por jugar con el tiempo ante el error arbitral que los dejó con inferioridad numérica en el campo. Sin embargo, intentó jugar a la contra cuando sacó a Washington Corozo y le dio minutos a Jerónimo Rodríguez. Luego de una pared entre Diogo de Oliveira y Juan Dinenno, derribaron al brasileño dentro del área y el central no dudó en marcar la pena máxima. Sin embargo, tras revisar en el VAR, echaron para atrás la decisión.
Durante los últimos minutos, el estadio se volvió la locura. Entre las reclamaciones y el ánimo de la gente de Pumas, más el aliento a partir de la expulsión de los locales, nada se logró escuchar dentro del Azteca. La gente enloqueció más cuando se anunció el tiempo agregado, ya que decidieron que se tenían que jugar ocho minutos más. No hubo tiempo para más. Contra Cruz Azul, el Azteca y el arbitraje, Pumas clasificó a la final.