Mucho se ha hablado de los motivos de la renuncia intempestiva de Míchel González a solo tres días del inicio del Guard1anes 2020. A pesar de que el mismo entrenador español alegó “motivos personales” a su marcha, son muchas las teorías que tienen como base otros motivos para la salida del estratega del banquillo de Pumas.

Una de las más sonoras, y que ha venido rumiando desde hace semanas, era la mala relación del ibérico con el vestuario de Pumas. Para nadie era un secreto su pésima, por no decir nula, interacción con Juan Manuel Iturbe, a quien ya se le buscaba salida por pedido expreso del exjugador del Real Madrid.

 

En la transmisión del encuentro de los felinos contra su similar de San Luis, se desgranaron varios detalles que pusieron en comparación el momento actual del equipo con el de hace seis meses, cuando Míchel estaba aún al frente del club. Según los relatores de este encuentro, que se saldó con victoria auriazul 0-3, el carácter y la sobriedad que desprendía el español, hizo mella en su relación con el plantel.

“La diferencia entre Andrés Lillini y Míchel en cuanto a personalidad es abismal. Ahora los jugadores se sienten más queridos y consentidos. Cuando entraba al vestuario, Míchel no saludaba a los jugadores, ahora Lillini sí lo hace. El equipo está más motivado con el trabajo que está haciendo el entrenador argentino”, se comentó durante la transmisión del partido.

 

 

A pesar de lo exagerada que parecieran estas afirmaciones, la realidad las sustenta ante las constantes muestras de apoyo del plantel para con el entrenador interino. No son pocos los jugadores universitarios que han extendido públicamente sus deseos de que Lillini continúe al frente del equipo al terminar este torneo, mientras que Juan Manuel Iturbe pasó de ser apartado a ser una de las figuras más importantes en las últimas semanas.