#LiraNoFirmes se hizo tendencia hace una semana cuando se rumoraba la venta de Erik Lira a Cruz Azul. A pesar del movimiento digital de la afición de Pumas, el canterano universitario pasa a las filas de La Máquina dejando 4,5 millones de dólares en la caja de la UNAM, dinero que no sería utilizado para rearmar a la tropa dirigida por Andrés Lillini.

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Y es que si bien el conjunto auriazul se ha caracterizado en los últimos torneos por ser un equipo vendedor, gran parte de la fanaticada se pregunta qué se hace con el dinero que entra a las arcas de la institución. Además, tampoco hay consenso por el nivel de los refuerzos que llegan al plantel cada seis meses.

Las ganancias del club en las últimas campañas inician con la venta de Carlos González a Tigres UANL. El delantero paraguayo pasó a las filas de Miguel Herrera por 4,5 millones; Juan Pablo Vigón también puso rumbo al Volcán por la suma de 2,3 mdd; Felipe Mora no se quedó atrás y aportó su "granito" y dejó en caja otro millón más.

La cuenta se sigue ensanchando con los 4 mdd que pagó el Genoa, de la Serie A de Italia, por los servicios de Johan Vásquez; y a eso se les suman los últimos 4,5 que desembolsó Cruz Azul por Erik Lira. En total, Pumas ha obtenido 16,3 millones de dólares en los últimos dos años por la venta de sus mejores piezas.

Sin embargo, y con un discurso basado en la precariedad que dejó la pandemia y la necesidad de 'enderezar' las finanzas, el club no ha hecho ningún fichaje de peso que logre compensar esas bajas. De hecho, Pumas no usó la opción de compra en las cesiones de jugadores como Facundo Waller o Alejandro Mayorga, y el mismo destino correría para Washington Corozo, de allí la pregunta que se plantea toda la comunidad universitaria: ¿qué hace Pumas con el dinero de las ventas?