Visión Azul y Oro: "Una despedida insípida para un torneo mediocre"
Después de un torneo lleno de mediocridad y malas decisiones, la afición no podía esperar otra cosa que no fuera una victoria en casa para despedirse de una manera medianamente digna con la esperanza de que el siguiente año se pueda ver algo mejor.
Después de un torneo lleno de mediocridad y malas decisiones, la afición no podía esperar otra cosa que no fuera una victoria en casa para despedirse de una manera medianamente digna con la esperanza de que el siguiente año se pueda ver algo mejor. Si bien es cierto que no fue un partido bien jugado, podemos hablar de algo que no le habíamos visto al equipo durante mucho tiempo, convicción. Esas ganas de no querer hacer un ridículo más llevaron al equipo a tener esa reacción que de haber llegado antes hubiera significado estar en liguilla aunque no estoy seguro de que valiera la pena calificar con todas las carencias futbolísticas que tiene el plantel. Seguramente algunos se tragaron el cuento de que Pumas todavía tenía algo que pelear cuando saltó a la cancha ante el Atlante y digo cuento porque aun cuando las matemáticas daban cierta probabilidad, era irrisorio pensar que los felinos pudieran hacer siete goles en un partido cuando solo hicieron 15 en 16 semanas anteriores. A todos los quedó claro que la última llamada fue ante Jaguares y se desperdició, por lo que como ya lo dije antes, esta victoria solo nos puso en un lugar en el que los conformistas pueden decir “pues solo nos quedamos fuera por diferencia de goles” pero los realistas podemos decir que el equipo no merecía estar en la fiesta grande. Es hora que sigo sin entender cómo es que Torres Servín sigue poniendo de titular a Jehú Chiapas y ahora hasta Fernando Espinosa, que son tipos que distan mucho de ser lo dinámicos que requiere un equipo como Pumas y es que ser lento no significa ser pausado porque el segundo se da un tiempo en acción pero piensa con velocidad, mientras este par de “bultos” (porque si les digo brutos no va a faltar el que se ofenda y me reclame) no corren y cuando tienen la pelota creen que tienen todo el día para resolver, en fin, allá el técnico y sus ideas pero que después no se ande quejando de que el equipo no juega parejo. Ahora llega el momento de la reflexión para toda la plantilla en el que todos tienen que ser lo suficientemente maduros y autocríticos para saber todo lo que se hizo mal para no repetirlo y reconocer lo que se hizo bien para mejorarlo, sólo así nos van a evitar a los aficionados la vergüenza de que hasta un bodrio como Chivas esté calificado y nosotros nos conformemos con verlo por televisión. Nos leemos el próximo torneo. Por Luis Arteaga