El sello característico de Pumas a lo largo de su historia es el de hacer mucho con poco. Jamás demostraron hacer grandes inversiones en jugadores, pero sí en detectar a extranjeros de un nivel importante para arropar a los juveniles, quienes son la base de los títulos que puede presumir la institución. Para David Patiño, quien fue jugador, directivo y entrenador con los auriazules, eso es lo que debería prevalecer y no perderse. Para él, hay que tener valor para arriesgarse a jugar con jóvenes, todo para no dejar que se pierda la esencia de lo que es y lo que significa ser de Pumas.
“El debate no es si los canteranos tienen o no nivel, el debate es preguntarnos qué es Pumas. Lo que significa y saber por qué es grande. No debemos debatir si debe jugar Ruvalcaba, que es un buen caso del club. Ese tipo de cosas es lo que hizo que la institución fuera grande. Mi visión tiene que ver con la esencia del equipo, la cual debes conocer, creer en ella y tener la valentía de hacerla valer. Actualmente es un riesgo con equipos que se refuerzan hasta los dientes y tienen grandes nóminas”, mencionó en charla con Dale Azul y Oro.
Para Patiño, esa visión o sello característico es algo que se va modificando con los años. En el entendido de que cada vez es más complicado competir, se dijo consciente de los movimientos que se tienen que hacer, pero hizo énfasis en que la clave está en confiar en los juveniles para plantarle cara a los demás equipos y conseguir cosas importantes.
“Lo que me llama la atención, es que el tiempo pasa y las cosas cambian. Lo que defiendo es una ideología. No a las personas ni a los jugadores. Conozco a muchos de ellos y creo que tienen potencial. Entiendo el proceso y que se tiene que optimizar el método de selección para jugadores de fuerzas básicas. También está el factor de que, cuando jueguen, demuestren que van a defender los intereses de la institución y que se van a consolidar para tener los resultados que se pretenden. Es una serie de factores que inician con la voluntad de darles la oportunidad”, comentó.
Ya lo vivió
David Patiño, en su etapa como jugador, fue uno de los orquestadores de los mejores años del equipo. Incluso, perteneció a una generación que fue base de la Selección Mexicana. Por lo mismo, se mantiene como fiel creyente de que Pumas no puede dejar que se pierda la razón por la que se le considera un equipo grande.
“Me siento gente de Pumas y siento que es mi casa. Viví una etapa increíble en el momento en el que me formé ahí, en los años 80. En mi óptica, esa filosofía y esa manera de ver al equipo y a su entorno, fue lo que, con le tiempo, hizo que se considerara como equipo grande. Este plantel nunca ha tenido gran presupuesto. Trabaja con presupuesto humano y con jóvenes. Apela al hambre para pelear con jugadores que tienen mucho prestigio y ganan mucho dinero“, remató.