Andrés Lillini es sincero. El entrenador de Pumas nunca ha ocultado su "incomodidad" en el banquillo del equipo en el máximo circuito a pesar de que llevó a los universitarios a los cuartos de final del Guard1anes 2020. Cada rueda de prensa post partido del entrenador argentino es una división entre la teoría del juego y una especie de confesonario.

Tras la salida de Míchel González a tres días del debut de los auriazules en el certamen, Lillini tomó las riendas del equipo a pedido de la directiva. El estratega siempre ha mostrado devoción es por la formación de jugadores, en donde dice, "se siente en casa". Quizás esta comodidad que le representa dirigir a las categorías inferiores lo llevó a usar la misma vestimenta en CU que cuando daba indicaciones a un costado en las instalaciones de Cantera.

"No quería cambiar mi esencia que tenía de entrenador de fuerzas básicas porque siempre estaba vestido así y no quería ponerme algo para llamar la atención. Y quería seguir con la línea de este plantel porque uno demuestra en muchas situaciones el mensaje que quiere desarrollar, no creo que la capacidad de un entrenador pase por la vestimenta", explicó el entrenador en una entrevista con La Octava.

¿Sigue o no sigue en Pumas?

La pregunta que tiene en vilo a toda la afición de Pumas apunta a la continuidad del timonel de 46 años al frente de los universitarios. A pesar de que en un principio daba por sentado que solo estaba de paso, su discurso ha variado con el correr de los meses, y ahora su marcha del primer equipo no la tiene tan clara.

"Tengo con el club un contrato de fuerzas básicas y en Primera División fue para ayudar al club y nos fue muy bien. En enero me veo en el club dónde le haga falta que esté, me he dado cuenta que en esto de la Primera División puedo seguir con la formación del futbolista. Sí seguiría si el proyecto siguiera siendo este de no traicionar los valores de la institución, pero no he hablado de mi futuro", señaló.