Pumas no pudo. Cuando se necesitaba su garra y entrega, no fueron capaces de complicarle el encuentro al Seattle Sounders. Así como en sus últimas dos finales que perdieron, les faltaron detalles de calidad en el plantel para poder alzar una copa. Raúl Ruidíaz fue el gran villano con un doblete que mató las aspiraciones. No lo lograron y la cuenta corre por la sequía que tienen en la espalda. 3-1 final. 

El encuentro comenzó con los dos equipos intentando atacar, pero fueron los locales los que se quedaron con la posesión. Hubo dos faltas que estuvieron en el límite por parte de los auriazules, pero sólo quedaron en una tarjeta amarilla para Galindo. Sin embargo, el lateral por izquierda de Seattle tuvo que abandonar el terreno de juego en un cambio prematuro. 

 

Luego de los primeros 15 minutos, la visita comenzó a tener más el balón y, consecuentemente, mayores opciones al frente. Washington Corozo se convirtió en el arma para el peligro por el costado de la izquierda. Hubo otro cambio obligado por parte de los locales, lo que mermó la emoción por parte de sus compañeros en el terreno de juego. La más clara de los primeros 45 minutos fue para el equipo mexicano. 

Favio Álvarez le puso un pase como con la mano a Corozo, pero el ecuatoriano no logró medir bien el bote y su remate pasó muy por encima del arco de Frei. La mala noticia para Andrés Lillini es que Galindo y Leonel López fueron pintados de color amarillo por faltas imprudentes. Una de esas pausas al juego acabó en el gol de los locales. 

Ruidíaz consiguió un balón dentro del área tras una serie de rebotes, probó a puerta, pero el balón fue desviado por Diogo de Oliveira. Dio la impresión de que el balón iba para afuera, pero ante el cambio de dirección ya no hubo oportunidad para Alfredo Talavera, quien sólo se quedó como espectador cuando el esférico entró lentamente a las redes

 

Ya en la parte complementaria, a Pumas no se le vio cómodo en el terreno de juego. Incluso, el encuentro se pausó demasiado por la cantidad de faltas que se marcaron por parte del juez central hondureño, quien le compró todos los clavados a los locales. Los capitalinos se acercaron más a la puerta rival gracias al balón parado. Juan Ignacio Dinenno estuvo cerca de marcar un golazo de tiro libre, pero el balón pasó apenas por encima del arco. 

Conforme pasaron los minutos, la posesión y las opciones más relevantes fueron para los visitantes. El balón ahora sí cayó en el área, aunque nunca hubo una buena opción de remate. Pasaron los minutos y la desesperación se apoderó del representante de la Liga MX. Todo no fue suficiente, Raúl Ruidíaz mató todas las aspiraciones del equipo mexicano. Luego de un contragolpe, definió al poste de Talavera y sentenció el encuentro.

Pese a la historia de terror, Lodeiro finalizó con un gol que se convirtió en la estocada final. Pumas no se comportó como equipo grande y dejó ir la oportunidad de llegar al Mundial de Clubes y conseguir un título que exigía su grandeza. 

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