En Pumas UNAM se dio por finalizada la “ley mordaza” que pesaba sobre los jugadores en la era de Rodrigo Ares de Parga como presidente, algo que dio un vuelco total con la llegada de Leopoldo Silva.

El nuevo directivo le dio total potestad al entrenador Míchel González con el tema, quien apuesta a ser abierto con los medios de comunicación. La relación con la prensa ha dado un giro total hacia positivo.

Esto se llevó los halagos por parte de algunos impresos como en El Universal. “Si ofrecen o no declaraciones es decisión de los auriazules, situación que anteriormente ponía los nervios de punta en la oficina de presidencia”.

De hecho, cada vez que un jugador hablaba con algún periodista habían amenazas de multa por parte de Rodrigo Ares de Parga. Afortundamente, con Silva a la cabeza de Pumas la libertad parece mayor.