Pumas vive en una ‘zona de guerra’. Aún y cuando se está en una aparente calma, en el ambiente sobrevuela la sensación de que algo está por ocurrir; y es justo lo que sucedió hoy en las oficinas del Pedregal. De poco vale el invicto en el Guard1anes 2020, en donde además se cuelan entre los primeros de la tabla: cuando se suscita a polémica, ahí están los felinos con su bandera.
En la jornada de hoy se confirmó de manera oficial la designación de Andrés Lillini como entrenador del primer equipo para el resto del torneo. En un escueto comunicado en redes sociales, se remarcó que Leopoldo Díaz, en nombre de la junta directiva, y en presencia del presidente deportivo del equipo, Jesús Ramírez, ratifican a Lillini “con la finalidad de priorizar el proyecto del Club Universidad”.
Fue hecho el anuncio y publicado el texto para que la afición universitaria se posicionara en contra de la medida. Para muchos, la decisión se desmarca de un proyecto serio al designar a un entrenador que en más de una ocasión declaró que su intención “nunca fue ser entrenador de primera división”.
“Les vale madres el equipo. Ya esta temporada se acabó”, fue uno de los cientos de comentarios que se pueden leer en la publicación. A pesar de que son varios los que afirman que el DT interino “se lo ganó por los resultados”, el mayor consenso está del lado de quienes piden un estratega de mayor jerarquía y experiencia para poder sobresalir en esta campaña que recién empieza.
Y es que las razones expuestas por los aficionados auriazules no solo apuntan hacia la jerarquía de Lillini sino también hacia su estilo de juego: no son pocos los que difieren de utilizar una línea de cinco defensores, planteamiento que consideran conservador y culpable de imágenes como las de la jornada pasada, cuando se vio un equipo falto de juego y de ideas. Con el de Mazatlán, ya son tres los partidos en los que Pumas no puede ganar.
