La renuncia furtiva de Míchel González al banquillo de Pumas desnudó una realidad plausible en la UNAM: la inestabilidad. A la marcha del técnico español, le antecedieron varios problemas en la interna del equipo que se vieron intensificados ante la inminente rebaja de salarios entre los miembros del plantel producto de la falta de ingresos que ocasionó el coronavirus.

Ante una situación insostenible, Jesús Ramírez optó por negociar con los cabecillas de la plantilla para llegar a buen término en el recorte de sueldos; además, ‘sacó’ a Andrés Lillini de las fuerzas básicas para que se hiciera cargo del equipo ante la negativa recurrente de varios de los candidatos a tomar el timonel de los felinos.

Dos meses después de aquellos días de turbulencia, la UNAM ha encontrado el rumbo que antes se creía perdido: en las seis primeras jornadas, los universitarios han cosechado dos victorias y cuatro empates al hilo, lo que los ha convertido en el único equipo invicto. Ante este panorama idílico, el presidente deportivo de la institución confesó que esperan que Lillini siga al mando por varios torneos.

Se tomó la decisión para que se mantenga el proyecto por mucho tiempo. No lo pusimos allí (a Lillini) para ‘tapar un hoyo’, lo decidimos porque creemos que es la mejor así y todos sabemos lo que nos corresponde para hacer de esto un proyecto a largo plazo”, dijo Ramírez en una entrevista con ESPN.

Además, el directivo también se refirió a las múltiples bajas que ha sufrido el equipo a lo largo de las últimas semanas, y explica que en esta situación, Pumas está jugando “dos torneos”. “Estamos jugando dos torneos: uno de la salud y el del fútbol, debes cuidarte toda una semana para no contagiarte y después jugar el fin de semana. Es una situación atípica”, recalcó.