Una de las grandes figuras de Pumas en los últimos tiempos es Ismael Sosa, elemento al que le costó demostrar su verdadero potencial, pero que consiguió ganarse el corazón de la gente en la temporada 2015-2016, cuando llegaron a la Final ante Tigres y disputaron la Copa Libertadores, misma que fue la última participación de un equipo mexicano en la justa.
El desenlace de la historia fue de terror, pero lo que vino después pegó fuerte en un gran sector de la afición. En el partido contra Independiente del Valle que se jugó el 24 de mayo del 2016, metió sus últimos goles con la playera de Pumas y su toque final fue un penalti que no entró para perder la serie en la justa sudamericana.
Después de ese día, fue vendido para sanar finanzas por Rodrigo Ares de Parga, presidente que en ese entonces debutó con una de las decisiones más polémicas de la década, aunque necesaria, ya que la directiva pasada endeudó a la institución para poder tener dos planteles consecutivos.
Pudo volver, pero...
Hubo un par de torneo en el que Ismael Sosa pudo regresar. En uno, una leyenda del Club Universidad no logró cerrar su traspaso, mientras que en la otra no lo aceptaron ni con una reducción de sueldo. Lo que un día fue amor, hoy es olvido. Aquél 22 de mayo quedará en la memoria de muchos aficionados como la última vez que vieron a su ídolo en el campo.
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