Seis meses de espera bajo tratamientos, el no poder jugar en el Clausura 2014 con Tigres por no estar al 100 por ciento, no es lo peor que le ha tocado vivir en su carrera a Emanuel Villa; en Pumas atravesó una de las etapas más complicadas. Fue en el Apertura 2012 cuando “Tito” llegaba como el goleador que tanto esperaba Pumas, pero bastó sólo menos de medio torneo para que todas las aspiraciones del argentino se vinieran abajo; Villa fue relegado. A pesar de esto, Villa mantiene recuerdos positivos de su ex equipo, a quien Tigres se medirá este domingo, considerando que el culpable de lo que vivió no fue la institución. “Siempre para uno es especial donde pasó un cierto tiempo trabajando, conviviendo con la gente día a día. Como institución, como la gente misma, tengo el mejor de los recuerdos. Más allá de lo que me tocó vivir en lo personal, no tiene nada que ver con la institución”, declaró Villa. Y es que fue Mario Carrillo quien lo relegó, con Joaquín del Olmo y Antonio Torres Servín a cargo no hubo problema, pero cuando el “Capello” llegó al banquillo de Pumas en la Jornada 8, inició el calvario para “Tito”; en los ocho partidos (J8-J15) que dirigió, Villa sólo jugó 240 minutos. Estuvo en la banca y en par de juegos ni convocado estuvo por el timonel, quien llegó a acusar al delantero de fallar los goles a propósito. Esa pesadilla quedó en el pasado, y al menos con ese corto tiempo que pasó con Pumas, Villa sumó experiencia de vivir en el Distrito Federal; antes ya había estado desde el Apertura 2009 al Clausura 2012 con Cruz Azul, lo cual le da para asegurar que la altura de la Ciudad de México no es “problema” y “ninguna excusa para no poder salir a competir”. Fuente: MedioTiempo