El volante rememoró en una entrevista con “Cancha” sus duros inicios, los interminables traslados desde Ciudad Satélite y el fallecimiento de su madre, Marina Moreno, marcaron a fuego a este jugador.
En una sentida entrevista ofrecida al suplemento deportivo del diario Reforma, el mediocampista de los Pumas de la UNAM recordó todos los sacrificios que tuvo que hacer su madre, Marina Moreno de Escamilla, para que él y su hermano Jorge pudiesen trasladarse desde Satélite hasta La Cantera, para poder cumplir su sueño de vestir la camiseta de los universitarios.
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“Hace 6 meses me cambié al sur, pero esa siempre será mi casa”, dijo Escamilla en la citada entrevista. “Teníamos que salir dos horas y media antes a los entrenamientos, no había segundo piso y era un viaje interminable. Mi mamá me daba la comida en el coche a mi y a mi hermano. El regreso era mortal, de hasta tres horas”, recordó el ahora volante titular de los Pumas.
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La historia cambió mucho para Escamilla, quien con la salida de Marcelo Díaz se verá mucho más favorecido en la cantidad de minutos que tendrá bajo el mando del técnico que más apostó por él: David Patiño. Sin embargo, hace tres años un cáncer le arrebató a doña Marina la posibilidad de ver a su hijo triunfar en la Liga MX.
“Mi esfuerzo, mi dedicación, mis entrenamientos y mis logros van dedicados 100 por ciento para ella, que siempre está conmigo. Es algo muy, muy difícil de explicar, pero la ayuda espiritual, de mi familia, de mi papá, estar juntos, no separarnos por nada ha sido lo que nos ayudó para estar fuertes”, dijo el jugador.
“Todos los días pienso en ella, hablo con ella y es algo que siempre me ha tenido muy bien parado en mi vida, al igual que a mi padre, saben que los amo con todo mi corazón y con toda el alma”, agregó Escamilla.
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