La lección de esta semana corrió por cortesía del especialista en berrinches estúpidos y nula técnica, que es incapaz de tomar una decisión congruente y confunde el ímpetu con gritar y manotear, como si así se demostrara el liderazgo. Sí, adivinaron, me refiero a Marco Antonio Palacios. Sí, necesitas ser muy bestia para dejarte llevar por las vísceras y no sólo ganarte una tarjeta amarilla en una jugada que no tenía ningún sentido, sino que te ganas la expulsión discutiendo una falta que ni siquiera cometiste tú y además teniendo enfrente a un silbante sin personalidad que busca ganarse el respeto a tarjetazos. Creo que es más profesional por parte de un jugador entender las circunstancias de un partido que ponerse a gritar como desesperado cuando las cosas no salen como él quiere. ¿Qué de impetuoso tiene eso? ¿Qué garra demuestras haciendo esos berrinchitos de quinceañera premenstrual que dejan a tu equipo en desventaja cuando ya de entrada se está mostrando poco? Desde ahí el partido se fue por la tubería, otra vez, porque Torres Servín tuvo que replantear y acomodar al equipo para cubrir el hueco dejado por Pikolín, pero como todos vimos sirvió de muy poco. Creo que la mayoría coincidimos en que Jehú Chiapas estorba más de lo que aporta y juro que no se trata de nada personal, pero, ¿se fijan lo que le cuesta mandar un buen centro al área? Y es cuando uno no entiende qué demonios hace ahí, porque si eres volante por izquierda eventualmente tienes que centrar, y si lo haces mal, no tienes nada qué hacer en esa posición. Y si son tan evidentes sus carencias ¿por qué diablos no lo ponen a trabajar horas extra para aprender a centrar como Dios manda y deje de hacer el ridículo en cada partido? Podrá correr tras la pelota los 90 minutos y recorrer la cancha, pero eso no sirve de nada cuando eres incapaz de pasar el balón en zonas importantes. Lejos de tener a un débil mental en la central y a un bulto como volante por izquierda, lo que más me preocupa es que estoy volviendo a ver en Pumas a un equipo timorato y cobarde ,¿dónde se supone que está esa identidad que se buscaba al tener a un técnico de casa? ¿dónde quedó la promesa de Torres Servín de hacer a Pumas un equipo agradable para el aficionado? Ya basta de ser el escalón de los sotaneros de la porcentual, queremos ver al equipo ganador que no hace mucho vemos y llegó al campeonato, pero sin la gente y las decisiones adecuadas, luce muy complicado. Danos tu opinión.
Por Luis Arteaga, colaborador de DalePumas.com Sigue a Luis en Twitter:@visiondecampo Foto: Mexsport