Previo al segundo Clásico Capitalino por los cuartos de final de la Liguilla, en Dale Azul y Oro se compartió un dato del que pocos sabían. Es que, solo tres veces había ocurrido que Pumas empatara en la ida con América, sin importar condición de local o visitante, pero en las tres ocasiones el resultado había sido adverso, por lo que la victoria de ayer marcó un cambio en la tendencia.

Sonará repetitivo volver a hacer referencia a la épica y más que merecida victoria en el césped del Estadio Azteca, pero es que tiene varias aristas para analizar. Más allá de lo importante que es ganar un clásico en condición de visitante y pasar de ronda en la fase final del Apertura 2021, este triunfo significó dejar atrás una pésima racha.

A lo largo de la historia entre estos dos equipos cruzándose en Liguilla, solo tres veces habían empatado en la ida, y las tres habían terminado en derrota para Pumas. De hecho, el empate más cercano había sido en el 2018, cuando en el Apertura habían conseguido empatar 1-1 en la ida de la semifinal, pero en la vuelta cayeron 6-1.

Aunque en esta ocasión empataron 0-0 en la ida, Pumas dio cátedra de futbol en el partido de vuelta y, con los dos goles de Washington Corozo y el potente cabezazo sobre el final del partido de Higor Meritao, el equipo del Pedregal le puso punto final a una racha negativa de más de 36 años, lo que claramente le da más valor a esta victoria.

Ahora, Pumas irá a jugar la semifinal ante Atlas para intentar mantener su racha de cuatro victorias en Liguilla ante el conjunto tapatío, que viene de empatar 1-1 con Rayados de Monterrey, pero que avanzó por haber finalizado la fase regular en el segundo puesto de la tabla de posiciones.