Los días siguen pasando, la euforia de haberle ganado a Cruz Azul empieza a quedar atrás y poco a poco todos los ojos, los de los futbolistas y los aficionados de Pumas, se centran en la posible clasificación a la Liguilla. ¿Valdrá la pena ilusionarse con las posibilidades de seguir avanzando en la competencia?
Muchas veces los números en frío dificultan un análisis. Es que, aunque la estadística ayuda a sumar información sobre lo que ocurre dentro de un campo de juego, muchas veces no se tienen en cuenta factores externos y más humanos, como los son un buen planteo del rival o las cuestiones personales que afectan a cada jugador.
Aunque a lo largo de este año Toluca demostró ser uno de los equipos con mejor ofensiva, los Diablos Rojos vivieron una situación inentendible. Después de haber tenido un gran comienzo de campeonato, los dirigidos por Hernán Cristante tuvieron una racha de nueve partidos sin ganar, lo que los dejó sin chances de clasificar directamente a la fase final del torneo.
Con estos resultados, y en situaciones completamente opuestas, si se elige hablar de "momentos", claramente los de Andrés Lillini llegan mucho mejor parados que los Choriceros, que buscarán volver a superar el repechaje, así como lo hicieron en el Guard1anes 2021.
Entonces, ¿qué le falta a Pumas para concretar el pasaje a los cuartos de final? La confianza en sacar los partidos adelante ya está presente, más aún teniendo en cuenta la manera en la que consiguió clasificar. La gran falla del equipo pasa por la defensa, algo que el mismo Lillini admitió en más de una ocasión, por lo que si logran modificar eso, el partido ante Toluca podría ser accesible.
