La derrota de Pumas por 2-1 frente a Lobos BUAP fue hecha para sufrir. La defensa no dio ningún tipo de garantías en Puebla y los locales bien supieron aprovechar estos grandes errores.

Si bien los dos goles por parte de los dirigidos por Francisco Palencia fueron gracias a la calidad de la pegada de sus autores, los universitarios padecieron de imprecisiones en su primera línea.

Fue, sin duda alguna, el peor partido de la defensa desde la llegada de Bruno Marioni al banquillo auriazul a lo que se sumó algunas malas decisiones del portero Alfredo Saldívar, quien no aportó mayor seguridad.

Una nota preocupante para Pumas que no mostró el equilibrio necesario ante Lobos, que a pesar del hombre de menos con el que jugó medio partido supo hacerse sentir en las acciones de ataque.