En Pumas, parece, comienzan a buscar a los máximos responsables de lo que probablemente sea una nueva frustración en un certamen de la Liga MX. En este caso, el Grita México A21 se planteaba como un torneo que podía hacer olvidar las falencias del equipo en el primer semestre, pero, la realidad indica todo lo contrario. Y en esa sintonía que mantiene el clima tenso en CU, comienzan a circular diferentes versiones sobre los hombres más experimentados del plantel de Andrés Lillini, como, por ejemplo, Efraín Velarde.

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Chispa regresó a mediados de este año al Club Universidad Nacional desde Mazatlán Futbol Club, tras siete años en los que desplegó su juego como lateral por izquierda con playeras como la de Rayados de Monterrey, Club León, Deportivo Toluca y Monarcas Morelia. Por eso, lo tuvieron en cuenta, dado que el plantel, para salir adelante, necesitaba elementos con recorrido y, además, que conocieran cada rincón de la institución auriazul.

 

Y eso, por lo menos en las primeras semanas de consumado su arribo, parecía entenderlo. De hecho hizo referencia en una plática con RÉCORD: "Me tocó ser chavo y traté de hacerlo de la mejor manera guiándome con la gente de experiencia y ahora me toca a mí ser esa guía, no solo de palabra, sino de ejemplo. De nada va a servir hablar con los chavos si uno no representa día a día lo que significa Pumas, trataré de hacerlo de la mejor manera y aportar la experiencia a la gente joven".

Sin embargo, el mismo medio citado a través de la columna El Francotirador, publicó que Efraín Velarde no estaría satisfaciendo esa necesidad que evidentemente le plantearon desde la cúpula dirigencial del Club Universidad Nacional. Incluso en el reporte se puede leer que, en este momento, al único que consideran como líder positivo es a Alfredo Talavera.

 

 

Es más, en el relato escrito de lo que estaría sucediendo en estas semanas en las que los resultados son adversos para Pumas UNAM, a Velarde lo emparentan con la actitud que tienen otros actores del vestidor felino como Juan Ignacio Dinenno y Nicolás Freire, quienes habrían tomado la postura de echar culpas ante cada error cometido dentro del campo de juego.