Una de las bases más elementales y que sirven como recuerdo para desenmarañar la importancia de Pumas para el futbol mexicano es el surgimiento de jugadores desde las fuerzas básicas de los felinos. Un sello 'marca de la casa' que popularizó en tiempos mejores aquella frase que ahora invita a la nostalgia: La mejor cantera de la Liga MX está en la UNAM.

Con las apariciones de Erik Lira, Alan Mozo y Carlos Gutiérrez, además de tener al frente del equipo al que fuera coordinador de categorías inferiores, es un paso adelante para volver hacer de Pumas lo que era en tiempos de antaño: la fábrica de los mejores futbolistas mexicanos. Sin embargo, y a pesar de que este presente genera una ilusión que se creía perdida, un dato no menor lastra una realidad que cargan sobre los hombros en la UNAM y de la que no han podido zafar: encontrar un delantero 'hecho en casa'.

Desde el 2018, año en que Andrés Lillini llegó como director de fuerzas básicas, en el máximo circuito han debutado 13 jugadores, y solo uno de ellos, Adolfo Hernández, fue delantero. Hoy siquiera se encuentra en el club.

El dato genera mayor sorpresa si nos trasladamos a principios de la segunda década de este siglo. Desde el último título, en el Clausura 2011, los universitarios han hecho debutar a 42 canteranos; de todos ellos, solo 6 se cuentan como centrodelanteros. Y de todo ese grupo, solo destacó uno: Eduardo Herrera, quien disputó la final del Apertura 2015 y llegó incluso a jugar en Europa.

Aún se recuerda con un hilo de esperanza la época dorada en donde surgían figuras de la talla de Hugo Sánchez, Luis Flores, o Luis García, jugadores que marcaron una época en cada una de las etapas en que se enfundaron la playera felina. Ahora, y con la marcha de Carlos González y la eterna búsqueda de su sustituto, se echa en falta uno de estos emblemas 'nacidos' en Ciudad Universitaria capaz de codearse con los mejores goleadores de turno.