Julio de 1974. Arriba a la Ciudad de México un brasilero de 25 años que dice jugar de delantero centro. Con 1,77 metros de altura y una sonrisa difícil de olvidar, él sólo sabía lo que iba a suceder dentro de unos años. Llegó al futbol azteca para marcar un antes y un después y lo logró con una facilidad implacable. Por supuesto, hablo de Evanivaldo Castro Silva.

Sin embargo, ni en sus mejores sueños se imaginaba convertirse en uno de los máximos ídolos de la historia de uno de los clubes más importantes del país: Universidad Nacional. Procedente de Portuguesa y con pasado en Atlético Mineiro, Flamengo y América (todos equipos de la primera división de Brasil), Cabinho entró rápidamente en el mundo Pumas y entendió a la perfección lo que debía hacer para transformarse en uno de nosotros.

Fueron 5 temporadas completas del crack sudamericano vestido de Auriazul. En esta etapa disputó 184 partidos y marcó ni más ni menos que 151 goles, con un promedio de 0,82 tantos por encuentro. Un número que asusta a cualquier defensor y arquero rival: el oriundo de Salvador de Bahía llegó siendo un desconocido y en tan solo un par de temporadas no dejó dudas de que era el mejor jugador de la Liga mexicana.

Cabinho no solo marcaba goles para las estadíticas, si no que también aparecía en momentos importantes de Pumas y supo llevar al club a la gloria como nadie lo había hecho hasta el momento. En la temporada 1976/77, se despachó con 34 dianas y llevó a la UNAM a disputar la gran Final del campeonato frente a la Universidad de Guadalajara.

0-0 en la Ida- 0-0 en 85 minutos de la Vuelta, disputada en el estadio Azteca. El marcador se mantuvo intacto hasta que apareció el astro brasilero y le dio la alegría más grande de la historia hasta la fecha. Así es: Cabinho y su gol le permitieron al Auriazul gritar Campeón de la primera división de México por primera vez. Además, también le había dado al club el primer trofeo en general: la Copa MX de 1974/75 ante el América (torneo en el que marcó 16 tantos en 15 apariciones).

La leyenda de Cabinho no finaliza aquí. No cosechó más títulos con la UNAM, es cierto. Pero colocó al club en lo más alto del país. Además, se consagró campeón de goleo en 4 oportunidades seguidas en la institución felina: 1975-1976 (29), 1976-1977 (34), 1977-1978 (33), 1978-1979 (26). Luego, jugó en Atlante, León y Tigres UNAL, lo que le permitió proclamarse como el máximo anotador de la historia de la Primera División de México con 312 goles (8 títulos de goleo), algo que hasta el momento nadie pudo superar.

¿Por qué le decían Cabo o Cabinho?

Evanivaldo Castro Silva fue conocido como Cabo o Cabinho por su peculiar gusto de vestir con ropa de camuflaje militar. Sin dudas se trató de uno de los personajes más icónicos que nos dio la historia del futbol mexicano e internacional.