Adolfo Ríos es uno de los ejemplos de perseverancia y talento en el mundo del futbol. Nacido en Uruapan luchó por su sueño de jugar en uno de los grandes de la Ciudad de México y lo logró en 1985 cuando se puso los guantes de Pumas. El ex arquero Auriazul entre 1985 y 1990, recordó su llegada al club Universitario y dejó una lección para los jóvenes que sueñan ser futbolistas.  

"En Segunda B enfrenté a Pumas CEFOR, que era también una filial de Pumas y de ahí es que me hicieron la invitación a probarme en Pumas. Mi padre me había dicho que me iba a apoyar para seguir mi sueño en el futbol, así que cuando le hablaron por teléfono a su oficina, llegó y me dijo te dije que te iba a apoyar y me dio el boleto de autobús para irme de Uruapan a México", recordó en América Monumental cuando consiguió probarse en el equipo felino. 

Adolfo Ríos en sus comienzos en Pumas (@adorri25)

Adolfo Ríos en sus comienzos en Pumas (@adorri25)

El ex portero siguió con su relato y revivió lo que pasó luego de viajar ocho horas en autobús: "Llegué a las seis de la mañana a CU, el entrenamiento era a las 11 de la mañana, entonces ahí en un rincón había que esperar hasta que se diera la hora del entrenamiento. Ese día hicimos la prueba como 40 jugadores de diferentes partes de México, entre ellos estaba Jorge Campos, Fernando Bernal, Eugenio Constantino y fuimos los cuatro jugadores que nos quedamos después de 15 días de estar a prueba".

Tanto esfuerzo tuvo su premio porque el 3 de noviembre de 1985 debutó en el primer equipo ante Chivas por la lesión de Jorge Espinoza. "En ese momento un montón de sentimientos vinieron a mí. Mario Velarde, que fue el entrenador, con una sonrisa en la cara la única instrucción fue por fin llegó tu tiempo, así que disfrutalo. Yo sabía que iba a venir una vida dentro del futbol", rememoró.

Finalmente, dejó un consejo a aquellos niños que no son de la capital del país y que tienen el deseo de ser profesionales: "Lo primero que sacrifiqué fue mi familia. Me tuve que ir a vivir solo a la Ciudad de México. Siempre va a haber alguien que te diga que no vas a poder, siempre. No determina la gente lo que vayas a conseguir. Lo que tu tengas como actitud para ir día a día luchando por tu sueño es lo que va a hacer la diferencia. Cuanto tienes el deseo y el sacrificio para pagar el precio, por supuesto que se puede llegar"