La debacle económica que generó el paso de la pandemia obligó a Pumas a decisiones extremas. La primera fue la salida de Carlos González con rumbo a Tigres previo pago de 6 millones de dólares; luego se consumó la marcha de Alejandro Mayorga a Chivas después de que los felinos no pudieran costear los 3 mdd de la opción de compra que pesaba sobre el lateral.

Además, Andrés Iniestra también fue otro de los futbolistas que abandonó Ciudad Universitaria tras una oferta del Juárez FC. Estas tres salidas han dejado un hueco profundo en la plantilla felina, que mira con nostalgia lo hecho el semestre anterior, cuando se perfilaba como candidato al título tras un invicto de 10 partidos.

 

No obstante, la salida del delantero ha sido la más traumática y la de más difícil reemplazo en el equipo de Andrés Lillini. El equipo perdió poderío ofensivo además del socio de Juan Ignacio Dinenno, quien da sus primeros pasos en su relación con Gabriel Torres, último fichaje de la UNAM y el llamado a hacer olvidar al artillero paraguayo.

Poco poder en ataque

Una de las principales causas del mal momento que atraviesa Pumas en este Guardianes apunta a la poca claridad de cara al arco. De las 11 jornadas disputadas hasta ahora, los de Lillini solo han visto puerta en seis ocasiones, lo que los deja como la peor ofensiva de todo el campeonato.

Pero si en CU  hechan en falta los goles y asociaciones del guaraní dentro del césped, el propio golador tampoco está viviendo un idilio en su nuevo destino. En las 8 jornadas que ha estado presente con el conjunto del Volcán, González solo ha anotado tres tantos, y su equipo vive en horas bajas en la casilla 12 de la tabla, con solo tres unidades más que los universitarios (12).

 

 

Y es que a pesar de que la venta del nacido en Guaira dejó un buen caudal de efectivo en las arcas universitarias, su pérdida ha tenido un peso determinante para explicar la mala racha de Pumas. Al final, y de perderse los puestos de reclasificación -posibilidad latente-, el divorcio con González saldrá mucho más costoso para Pumas que la suma de esos 6 millones que dejó su salida.