Un premio a quien quiso fichar a Gastón Silva. El jugador uruguayo que llegaría desde el Torino de Italia a los Pumas de la UNAM se terminó convirtiendo en uno de los más grandes problemas de la dirigencia en el último tiempo: el jugador eligió no venir a México, prefiriendo ir a Independiente de Argentina, lo que generó una demanda por parte del club.

FIFA ya había anunciado meses atrás que no solo no aceptaba la demanda de Pumas si no que, además, el club debe pagar US$ 1.6 millones al Torino. Es deicr: se pagó en compensación por un jugador que no llegó nunca al Pedregal.

Los Pumas, obviamente, apelaron al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). 

Según consignó el documento que expuso AM en su sección "Superdeportivo", esto rezaba el comunicado.

“El hecho que había rubricado el acuerdo de transferencia y que había obtenido un permiso de trabajo (el uruguayo) había dado su consentimiento explícito y/o tácito para celebrar un contrato de trabajo con Pumas".

Sin embargo, la Cámara de Disputas de la FIFA encontró “importante resaltar que de acuerdo con Silva, la presente disputa surgió cuando el jugador descubrió que en el precontrato no le incluyeron el monto de 400 mil dólares correspondientes a una supuesta deuda que Torino tenía con él y que esta es la razón por la que no finalizó el contrato de trabajo”.

La defensa de Pumas aseguró que “si el jugador respetaba el precontrato, la cantidad de USD 400,000 habría sido incluido en el respectivo contrato de trabajo entre las partes”.

Que drama