Desde el último título que tuvo Pumas, la afición no podía disfrutar más de dos torneos con su equipo. Incluso, de las tres finales a las que llegaron desde entonces, dos fueron bajo la dirección técnica de Andrés Lillini, quien cumplió dos años al frente del proyecto deportivo. Un 23 de julio, pero del 2020, renunció Míchel González, pero sin saber que, probablemente, abrió paso a la época más dulce en la última década para los seguidores auriazules

"Querida afición universitaria, les informo que muy a mi pesar, he decidido dejar la dirección técnica de Pumas por motivos personales y familiares. Quiero aprovechar para agradecer de manera personal y profesional también el trato recibido por la directiva, los jugadores, staff técnico, los médicos y todos los trabajadores de este club”, dijo en un video que compartió el club en sus distintas redes sociales. 

La decisión del español no cayó bien dentro del Club Universidad, por lo que las horas posteriores fueron cruciales para definir el futuro del equipo. Sondearon opciones, tocaron puertas y les tocaron el timbre, pero optaron por poner a un hombre de confianza. Ahí fue donde la mayoría de aficionados conoció a Andrés Lillini, un elemento que ya era parte de la familia auriazul, sólo que en un puesto que no suele atraer muchos reflectores. Se convirtió en el estratega interino y luego fue ratificado. Tiempo después, su propio trabajo lo llevó a ser renovado.

Míchel González durante un entrenamiento con Pumas. FOTO: Imago7

Míchel González durante un entrenamiento con Pumas. FOTO: Imago7

Lo que pasó después, todos lo saben. Contra todo pronóstico, llegaron a la Final del Guard1anes 2020 y no pudieron ganarla, pero le dieron ilusión, alegría y distracción a todo el pueblo felino a la mitad de una pandemia que sacudió a un país de forma económica, humana y mental. Incluso, el estartega siempre se refirió a eso en sus conferencias de prensa durante ese torneo.

Andrés Lillini con sus jugadores en la Final de vuelta. FOTO: Imago7

Andrés Lillini con sus jugadores en la Final de vuelta. FOTO: Imago7

Andrés Lillini tiene lo que ningún otro estratega de Pumas en la última década: dos finales y una semfiinal. Antes, Pumas peleaba por entrar a la Liguilla y ser goleado a la primera de cambio por el América o Tigres. Hoy, son contendientes al título y todos esperan que puedan alzar el trofeo en el mes de octubre, previo al Mundial. 

Este 23 de julio, Andrés Lillini cumplió dos años en Pumas como entrenador del primer equipo varonil. Por casualidades de la vida, también fue el día en el que Dani Alves, el jugador más ganador en la historia del futbol, firmó como jugador auriazul. Más que un regalo para la afición, el técnico argentino lo puede tomar como un regalo de la vida en el ámbito deportivo. Hace dos años hacía lo que más le gusta, que era formar juveniles, pero hoy dirige a una de las escuadras favoritas al título, además de que tendrá el placer de dirigir a Dani Alves, algo que pocos pueden presumir

Ni el plantel competitivo que se armó en el 2015 tenía a la gente tan enganchada e ilusionada con un título como ahora lo están tras la llegada de los refuerzos. Pumas supo anestesiar la salida de Alfredo Talavera y Alan Mozo, quienes eran, probablemente, los dos jugadores más queridos por sus seguidores y seguidoras. Ahora, cuentan con elementos como Gustavo Del Prete, Eduardo Salvio y Dani Alves, algo a lo que no se atrevían los niños ni al jugar al FIFA en la consola. Ahora, podrán recordar el 23 de julio como el día en el que inició todo y que incluso se mejoró.

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