A fuerza de goles, Carlos González ha hecho olvidar por completo a Nicolás Castillo. El recuerdo del chileno quedó totalmente enterrado con el protagonismo del paraguayo, quien brilló en el Clásico Capitalino con Pumas.

Fue el gran momento del atacante universitario, quien con un perfil mucho más bajo que el del ahora jugador de América, ha cargado sobre sus hombros la responsabilidad ofensiva del equipo, que muy bien comparte con Felipe Mora.

El gol en el Estadio Olímpico Universitario tuvo simbología en su desarrollo. El excelente centro en el tiro de esquina fue a la cabeza de González, quien le ganó en las alturas a un Castillo que no se notó en el campo.

Sin duda fue el último día en el que la afición de Pumas recuerde el paso del chileno y en el que la historia de González empieza a notarse y escribirse. La afición encuentra a un referente al cual aplaudir.