Paola Chavero, hoy, es una pieza fundamental de Pumas en la ofensiva. Su desequilibrio suele ser la llave del gol en encuentros cerrados como ante el León, donde dio una clase de sus cualidades. Sin embargo, para llegar a ese momento cumbre, tuvo que pasar muchos días malos. Durante seis meses, asistió diario a Cantera, con la esperanza de quedarse, pero con el miedo de que la cortaran en cualquier momento.
“El proceso fue muy largo. Creo que es el más largo que ha tenido Pumas de visoría y fue su segundo torneo de la Liga. Cuando pasé filtros y filtros, veía muchas niñas nuevas, pero nunca nadie me dijo si me quedaba o no. Hasta que un día me pidieron mis papeles porque me quedé. Fueron seis largos meses donde mis papás me traían diario a Cantera y eran dos horas diarias. Actualmente es lo mismo, pero es diferente, porque ya estoy en Pumas. Muchas familias hubieran dicho basta. Cuando les dije, se alegraron demasiado”, mencionó en charla exclusiva con Bolavip.
Hubo un momento en el que Chavero se dio cuenta que era especial, que era mejor que el promedio, que tenía que apostar de forma seria por el futbol. Entendió quesiempre la marcaban, o cuando los hombres le pegaban porque los dejaba atrás con algunas fintas. Ahí fue cuando se animó a ir a una visoría.
“Siempre existióel apoyo de que, cuando jugaba con niños, resaltaba demasiado. Me pegaban mucho los hombres, ya que nunca les va a gustar que una niña los burle. El simple hecho de que los superaba, de que me cubrían, no es cualquier cosa. Fue el punto donde dije que esto iba en serio. Nunca supe que iba a ver una Liga. Pero cuando salió, me dije que tenía que estar ahí”, comentó.
Sin embargo, para llegar a ese proceso con Pumas, también pasó mucho tiempo. Incluso, narró cómo fue que se encontró con el gusto por el balón. Una niña con nombre desconocido despertó la chispa del futbol en Paola Chavero. Y no fue sencillo por todos los estereotipos que aún existen cuando ven a una mujer con un balón.
Una niña marcó su futuro
“Fue gracias a una niña. Vi a una niña patear un balón. Verla, delante de tantos niños, jugando, fue lo que me inspiro a mí. Dije que si esa niña podía, ¿por qué no puedo yo? Nunca va a ser fácil el que una niña juegue futbol delante de los niños, ya que no lo ven normal. Existe muchos estereotipos de que debes estar lavando trastes. Fue muy complicado por esa cuestión. Al final, si es tu sueño, lo puedes lograr”, compartió.
El común denominador de las jugadoras de Pumas en su proceso a ser profesionales, es el apoyo de su familia. Paola Chavero no es la excepción, ya que su papá, mamá y hermana siempre estuvieron de su lado. Sin embargo, no tuvo problema en aceptar que le costó conseguir el visto bueno de su familia materna, algo que no pasó con la paterna.
“Lo que es mi mamá, papá y hermana, siempre me apoyaron. Mi familia paterna también lo hizo. Una incertidumbre que tuve es que mi familia materna nunca lo tomó muy bien. Decían que el futbol no es para mujeres. Luego avanzó todo y lo entendieron mejor. Lo más fundamental es la familia de uno mismo, los cercanos. Siempre me apoyaron y nunca me dijeron que no”, añadió.
Para sobresalir, conseguirlo y mantenerlo, hay que dejar algo atrás. Para fortuna de Chavero, no tuvo que sacrificar más que algo de tiempo con su familia. Pero existe un tema del que casi se tuvo que olvidar para perseguir su sueño. Hoy, ya casi no ve a sus amigos de toda la vida.Algo que el duele, pero que sabe remediar con sus compañeras en Pumas.
Dejó de lado a los amigos
“Creo que mi familia es el apoyo fundamental. No me alejé de ellos, pero sí de mis amigos. Ya casi no los veo. Si me invitan a lugares, les digo que no puedo. Lo de ellos sí me ha afectado. Ya casi no tengo amigos, me la paso aquí. Ahora mis amigas son mis compañeras”, finalizó.
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