Los días que vive Bruno Marioni no son fáciles. El entrenador de Pumas no solo tiene un dolor de cabeza por la realidad deportiva del equipo sino la preocupación por las consecuencias que podría causarle lo sucedido en Ciudad Juárez, donde tuvo un lío de golpes con un fanático.

Tras la eliminación en Copa MX ante Bravos, un aficionado rival le provocó y él respondió, según su versión. Su permanencia en el puesto ahora está en duda y, además, la Comisión Disciplinaria le abrió una investigación.

Sin embargo, tiene algunos argumentos a su favor para salir bien librado de esta situación. Tal es el caso del artículo 35 del reglamento de sanciones que dice: "si fue insultado o provocado, si actuó en legítima defensa de su integridad física", puede quedar eximido.

En ambos relatos, tanto el del fanático como el del mismo Marioni, todo parece indicar que así es. Falta, por los momentos, la que sería la prueba concluyente y se trata de las grabaciones de seguridad del Estadio Olímpico Benito Juárez.